Desde el año 2007, la ciudad de Sao Paulo,
Brasil, ha implementado de manera exitosa la denominada Ley Ciudad Limpia, la cual, con el objetivo de erradicar su alto
nivel de contaminación visual, prohíbe la publicidad exterior tales como
anuncios, letreros en postes, vallas y pantallas publicitarias, al tiempo que reduce
la dimensión permitida para los letreros en locales comerciales.
La ley fue promovida por el alcalde Gilberto
Kassab, quien había asumido el cargo en el año 2006 y posteriormente fue
reelecto para el periodo 2008-2012. El objetivo de Kassab era reducir al alto
nivel de contaminación visual que afectaba a la ciudad más importante del país.
Como era de esperarse, la nueva reglamentación
provocó reacciones distintas entre la población. Por un lado, muchos de sus
ciudadanos recibieron con agrado esta medida que permitiría darle un giro
radical al panorama de las calles de la ciudad. Pero, por otro lado, vino la
esperada oposición de las agencias de publicidad y las empresas anunciantes,
quienes perderían dinero, trabajo y audiencia. Las asociaciones y sindicatos
vinculados a la publicidad denunciaron que la pieza legislativa era
restrictiva, exagerada, inconstitucional y generadora de desempleo en el
sector.
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Vista de la ciudad de Sao Paulo, antes y después de la implementación de la Ley. |
A pesar de las fuertes críticas y la controversia
generada, las medidas contempladas en la ley lograron ejecutarse. Con su
promulgación, miles de letreros y anuncios fueron eliminados de las calles y
ahora sólo es permitida la publicidad que cumpla con los requisitos
establecidos por la legislación vigente.
Sao Paulo ha transformado por completo su
apariencia y su entorno. Sus habitantes revelan que sienten como si vivieran en
otra ciudad.
En el caso de nuestro país, y en particular de la
ciudad de Santiago de los Caballeros, es indiscutible la pertinencia de este
tipo de medidas. Cada día vemos como las tiendas y empresas compiten por quien
coloque el letrero más grande en su local; las vallas, pantallas y anuncios
publicitarios inundan nuestras calles; cada campaña electoral trae consigo una
publicidad externa excesiva que desagrada a la vista.
Es cierto que la institucionalidad de nuestra
nación no puede compararse con la de un país como Brasil; y sabemos que la
influencia de los grupos de poder en este tipo de decisiones políticas avasalla
muchas veces el interés común. Pero no por eso debe descartare la posibilidad
de que podamos implementar un modelo, sino idéntico, similar.
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Santiago de los Caballeros en tiempo de campaña electoral |
La implementación de medidas de este tipo sin
dudas cambiaría por completo el entorno de nuestras calles, creando un ambiente
más limpio y pulcro. Es tiempo de que los dominicanos y santiagueros podamos
disfrutar de la belleza intrínseca de nuestra ciudad, acabando de manera
definitiva con la polución visual que nos arropa.