No hay ser vivo que pueda ignorar
la festividad que cada año un día como hoy celebramos: el tan mencionado Día de
San Valentín o Día del Amor y la Amistad.
Las decoraciones y promociones de las tiendas nos lo vienen
recordando desde hace semanas. Hoy muchos deciden vestirse de rojo y los
mensajes alusivos a la fecha son el principal tema en las conversaciones y redes
sociales.
A pesar del fervor de algunos
ante esta ocasión, no faltan aquellos que le restan importancia argumentando
que el amor debe celebrarse no sólo un día del año y que todo esto de San
Valentín no es más que una fecha comercial, en donde los negocios se aprovechan
para lucrarse en base a la imposición social que existe de regalar para este
día a la pareja y a los amigos cercanos.
Particularmente me parece injusto
tildar el Día de San Valentín como comercial, cuando lo cierto es que para bien
o para mal, en nuestros días, ya todo es comercial. Nacimientos, cumpleaños,
bodas, bautizos, graduaciones; todos los eventos importantes de la vida del
hombre vienen con el elemento económico de por medio. En todos hay gastos,
regalos, y hasta cierta presión social. No faltan las preguntas y comentarios
de los amigos que nos dicen: “¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños?”, “¿Cómo
será la celebración de tu boda?”, “Hay que organizarle un baby shower a fulana
que pronto da a luz”. De todos estos eventos las empresas obtienen algún
beneficio y la economía se dinamiza. Pero eso no significa que lo material sea
su base o fundamento. Lo importante es la ocasión como tal, y como queremos
hacerla especial entonces invertimos parte de nuestro poco o mucho dinero para
lograr agradar a esas personas que queremos.
El Día San Valentín no es
distinto a estas festividades que he mencionado. Bien podría usted regalarle a
los novios después de casados, o a su sobrino antes de graduarse, o a su mejor
amigo cualquier día del año, pero sabemos que es más significativo cuando lo
hacemos en una fecha que conmemora algo. Eso es parte de la cultura universal,
de las tradiciones, de las costumbres.
Todos los días son una nueva
oportunidad que nos regala Dios para expresar el amor que le tenemos a nuestros
seres queridos, pero bien sabemos que muchas veces por la rutina y el ajetreo diario se nos escapa recordarles a nuestra pareja y amigos lo mucho que significan
para nosotros. Días como hoy nos motivan a hacer un stop en medio del estrés
que nos agobia para dedicárselo a esas personas que se han ganado un lugar en
nuestro corazón.
Día del amor y la amistad son
todos los días, pero hoy queremos simplemente conmemorar de manera especial y universal el hermoso sentimiento
del AMOR, que fue el motivo por el que fuimos creados, el motor que nos impulsa
a luchar cada día por nuestras metas, el alfa y omega de nuestras vidas, lo que
le da sentido a nuestra existencia. Celebrar el amor es celebrar a Dios mismo,
“porque el amor viene de Dios” (1 Juan 4:7).
A Dios las gracias porque no sólo
Él nos ama, sino que además nos ha regalado hermanos con los cuales compartimos
ese mismo sentimiento.
¡Feliz Día del Amor y Amistad!
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